El origen de San Miguel de Allende es en 1542 cuando el fraile franciscano Juan de San Miguel estableció el primer asentamiento cerca del río La Laja, en las afueras de la actual villa, con el nombre de San Miguel el Grande (en referencia al arcángel). El lugar servía de parada en la etapa de transporte de los minerales que desde Zacatecas se dirigían a Ciudad de México, conocido como Antiguo Camino Real o ruta de la plata.
El hostigamiento de los nativos chichimecas provocó que se desplazará la población al emplazamiento actual en 1555, donde se hallaban los manantiales del Chorro. El acuerdo del Virrey con los indígenas permitía que siguieran autogobernados mientras se respetase a la comunidad de colonos españoles que se habían beneficiado del otorgamiento de tierras para cultivar.
De esta ciudad era originario el insurgente Ignacio Allende que junto a Miguel Dolores Hidalgo, autor del célebre grito fueron ajusticiados y expuestos sus cuerpos en la Alhóndiga de las Granaditas de Guanajuato.
Aquí, los considerados héroes de la independencia mexicana, urdieron y conspiraron junto a otros nombres legendarios de la lucha contra los españoles como los hermanos Aldama o Francisco Lanzagorta.
En honor a Ignacio Allende en 1826 se rebautizó la población con el nombre actual de San Miguel de Allende. La llegada del siglo XX significó una despoblación del territorio, arruinado agrícolamente y castigado por los enfrentamientos durante la Revolución Mexicana.
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